COMPROMISO
La lucidez, ajena,
En deshora desgarró
Mi frágil pensamiento,
Cuando éste
Recién emprendía
Su pávido revoloteo.
Por mi ardor henchido,
Por el sudor de mi alma;
Por la sangre de mi sangre;
O, asustado
Por el sensato verso
Ya próximo…
Súbita mi dignidad,
Se negó a escribir.
Yo, quedé sentado
Sonriéndole
Al ocaso.
18/12/2004
León Dalú