POETA
¡Qué profesión más hermosa
la de ser poeta!
Lloro, canto, río.
Soy un río inagotable
De versos amánticos.
Soy río y río a carcajadas.
Puro. Prístino. Locuaz. Elíptico.
¡Denme un punto de apoyo
para escribir este poema!
¡Dios mío, ámame siempre!
Peco, me arrepiento, peco.
Soy un acertijo de caídas
¡Y vuelvo a ti,
mi Cristo de mis entrañas!
¡Tanto te amo, Jesús indeclinable,
Que ya me he vuelto poeta
Para ser rapsoda, bardo, vate, aeda,
Y así cantarte melodías muy mías:
¡Sólo mías! ¡Muy mías!
¡Tuyas! ¡Sólo tuyas! ¡Muy tuyas!
¡Qué oficio más recóndito
El de ser poeta!
¡Denme un punto de apoyo
Y seré río, doblemente yo río!
Inagotable como un río.
Río en interminable éxtasis mío
Y ya el punto de apoyo es muy mío
Cuando así, al desgaire, por ósmosis,
Con mi puño y mi letra,
Ahora termino este poema.
Orlando Alcántara Fernández