Instalado en el cruce del presente,
de un lado soy la herencia de mi vida,
la espesa colección abastecida
de mis años de senda precedente.
Del otro soy propósito impaciente
de indagar la región desconocida
que descubre su albur, no su medida
a mi contemplación insuficiente.
El mañana y ayer su vecindario
establecen en mí. Soy la frontera
que anuda su linaje fraccionario;
tasando la pasada carretera,
tramando el venidero itinerario,
soy una despedida y una espera.
Pedro Cabrera Sánchez