Al buen amigo Mariano Palacios
Entre más viejo más me posee el mundo.
La vida finalmente me venció.
Presumo de espiritual y solo busco lo que me produce placer o causa poder.
Y sin embargo es la realidad de la vida quien me obliga a ser como soy.
Porque todos me incitan al poder y al placer de ser,
de ser como consumismo adoración, empresa confundida
ante su devenir histórico
entre héroes menores y la carencia de un encuentro de
si mismos.
Así que yo crecí como historia hacia el consumismo,
en la conciencia de mi mismo como mutante circunstancia
imaginándome educado conforme a ideas y formas de ser
en las que yo decido ahora para ser
en este hacerme a instantes de mi mismo
tiempo.
Mi infancia fue un consumismo perpetuo
diariamente provisto por seres a los que amé, amo
y a los que ahora en mi yo respeto y represento
con el cúmulos de todos mis hechos.
Y soy, cargando andanadas de tiempo que no se ven pero pesan.
Y es que me eclipso a mí mismo,
ya que el peso del mundo me hace jorobado. Y jorobando
aprendí a crecer
por sobre los demás
perdiéndome en el consumo del ser, entre ideas y falsas ilusiones...
Entre las pasiones poseído de mi mismo...
para realmente dejar de ser de lo egoísta
y creído.
Ahora enfrento las revelaciones de todo lo mucho en que estuve equivocado.
E imploro la existencia de Dios para adorar su perdón en mis
humildes huesos.
Y hoy
que como hoy sigo siendo
lucho
y se que existo en los pequeños esfuerzos,
tras las circunstancias fortuitas
entre el acomodo minucioso y acertado de mis piezas
en el rompecabezas
de mi propia existencia.
Sergio Verduzco