CAMINATA
Rodeados por la quietud de la noche,
camín bamos taciturnos
por las calles vacías.
Te sentía al lado mío,
mas al mismo tiempo te ignoraba,
me sentía al lado tuyo
y al instante me marchaba.
Me encerraba en pensamientos,
caminaba... temblaba,
reaccionaba de pronto
y a tu lado continuaba
para seguirte escuchando
sin yo musitar palabras.
Y así la monotonía
se repetía, no variaba.
Caminamos, avanzamos,
sin llegar a nada,
solo a un gran silencio
lleno de palabras.
Teresa Aburto Uribe