LEJANÍAS
La distancia que separa el rumor de nuestros besos
no se alarga en el espacio,
ni se propaga en la sombra del silencio.
Sólo el olvido y el vacío sin abrazos
de los cuerpos
y espíritus torturados
aumenta la lejanía en la tierra del deseo.
Lejanía prolongada es una ausencia sin amparo,
es infinito momento
y es un paso
hacia el ensueño,
coronado
de misteriosos misterios.
Y el murmullo repetido y salpicado
del afecto,
va llenando los espacios
que separan nuestros besos.
Lejanías en las almas y en los campos
son joyeros
de un cariño reservado
y de un encuentro.
Zacarías Palacios