QUIEN NO ERES TÚ
Vuelta la espalda al diálogo, sin puertas
ni troneras, celosa contra todos,
a tus propios basaltos abrazada.
Y el mar a las rodillas. Reconoces
que tú no eres ya él por la sustancia
dinámica que lleva entre sus olas.
No por sus aguas ni su azul vestido.
No por su sed de sal y de alga viva.
Sólo porque se mueve eternamente
puliendo el caracol de tu dureza.
Pedro García Cabrera