EL ALBA URGE
A Fernando G. Delgado
Desde la mar te hablo.
No una mar de mitos,
sino desnuda,
sin gaviotas
cruceros de turismo
o marmita de soledad.
No de ésta que pisamos
ni de aquella que vemos
ni de la otra que es un sueño inútil.
Sino de la que vive
educando sus muertes
con agallas de pueblo,
esa que nos exige
el pan de cada día,
quiero decir,
la libertad que amamos.
No te detengas tanto
palpando tus bolsillos vacíos;
pon el dedo en la haga del hombre
que haces tuyo,
que no sea tan sólo una palabra.
Andar en su nivel nunca fue fácil.
La luz en que se envuelve
bordea el sacrificio
y el rostro de la cumbre ahuecado en su mano.
Desde la mar te hablo,
urge que te desnudes
y que el grano de ira de tu llanto
libere tu amargura
de animal acosado.
Pedro García Cabrera