Aún no sé si la distancia es llanto.
Distancias en la mar no son las mismas
que las de tierra firme, bien atadas
a nuestro pies. Las otras, las del mar,
son más veloces
y no se les da fin, no se aproximan.
Por eso lloran, se nos van llorando
su poca vecindad, su nomadismo,
que no puede tomarnos en los brazos
para subirnos hasta nuestro sueño.
Mas creo que tal vez sea sonrisa
mucho mejor que llanto esa distancia
que nos abre la puerta en ese muro
que esquiva la esperanza de encontrarnos.
Y sólo sé que soy melancolía.
cuando le miro el rostro a esas distancias.
(1962)
Pedro García Cabrera