ROMANCE
Ay, cómo corre en el prado
un arroyo fugitivo;
dando traspiés en las flores
cada flor es un peligro.
De claveles y azucenas
mil fragantes obeliscos
quieren detenerle el paso,
arrogantes y atrevidos.
Vengando el cristal su agravio,
más veloz cursa el camino;
porque le quieren espejo
les estorba el ser narcisos.
Fili, en su margen de flores,
que es entre el vulgo florido
ya roja pompa de mayo,
ya del abril blanco lirio,
melancólica se queja
de las ausencias de Silvio,
tiranía voluntaria
de su bien libre albedrío.
Porque engañe sus tristezas
se muestra alegre y festivo,
y entre triscas de cristal
le tira chinas de vidrio.
Corre, admirado y alegre;
porque en su hermosura ha visto
todo el sol en poco cielo,
todo el cielo en dos zafiros,
a dar noticia en el valle
que la hermosa Fili ha sido
queja de la primavera
en lo galán y florido.
Salvador Jacinto Polo de Medina