EL DESCALZO Y EL MUTILADO
Recostado a un tronco,
Cruzado de manos
Lamentaba un pobre
No tener zapatos.
Largo era el camino,
Y estaba pensando
Cómo y a qué piedra
Daría otro paso,
Cuando un tronco vivo,
Que andaba arrastrándose,
Púsosele en frente
Pidiéndole un cuarto.
Contole el primero
Su mísero caso,
Y el otro le dijo
«¡Qué ¿por eso hay llanto?
Tu no tienes botas
Para andar calzado,
Mas yo ni pies tengo
Con qué andar descalzo;
Y así cual me miras
Me alivio pensando
Que debe haber muchos
Aun más embromados».
Estas palabritas
Confortáronle algo,
Y siguió con ellas
Como con zapatos.
Noviembre 8: 1870.
Rafael Pombo