anterior   aleatorio / random   autor / author   inicio / home   siguiente / next

EL CIEGO Y EL TULLIDO

Topando un ciego que iba andando a tientas
Con un tullido que iba andando a gatas,
Dice: «Perdone, amigo,
Que yo al hado enemigo
Le perdono también mis cataratas.
Ya es tarde, y voy urgido, hambriento y loco
De tropezar con todo, en cuanto un poco
Mi lento andar apuro.
No sé quién es usted; mas yo le ruego
Por su bendita madre, lo conjuro
A que siquiera cuatro cuadras guíe
A este infeliz desesperado ciego».

—«¡Compadre! exclama el otro, no porfíe
En pedirme perdón, que desde luego
Estoy cierto y seguro
Que a pesar de ir abriendo ojos tamaños
Usted no ha visto el palo a que se arrima.
¡Entre buenos apuntes anda el juego!
Vaya que me da grima
No poderle servir y a la carrera
Sacarlo del apuro.
No digo cuatro cuadras, cuatro mundos
Remolcáralo ufano si pudiera.
Pero yo estoy, de medio cuerpo abajo,
Hecho un escarabajo; lo convido
Para correr parejas,
Porque soy más tullido
Que el perro que aplastara un terremoto.
Nos vemos en igual predicamento,
Buque sin vela y buque sin piloto,
Topo y tortuga, ¡lindo casamiento!

»Yo también voy urgido, hambriento y loco
De remar tanto y de avanzar tan poco;
Y ya dicen no más estas calludas
Torcidas, juanetudas
Manos que he vuelto pies, aunque me quedan
Muy fuera de su puesto; y estos brazos
Con que barriendo voy a costalazos
Estas cuadras eternas;
Piedra por piedra haciéndole la suma
A una ciudad que crece como espuma.
¡Ah, compadre, encomiéndese a otro santo
Que estamos usté y yo tanto por cuanto!»

—«Deme, responde el ciego, sus dos ojos,
Deme uno solo que hasta Roma iría
Peregrino arrastrándome de hinojos
¡Dando gracias a Dios por gozo tanto!»

—«Bien, —dijo el otro—: un lindo plan me ocurre
Que Sancho y su rocín desde este día
Se unan en compañía:
Yo pongo mis dos ojos, que pudiera
Envidiarlos un lince; usted concurre
Con ese par de piernas tan flamantes
Y esa espalda carguera.
Yo en ella de piloto me sitúo,
Y miro por los dos; usted camina
Por ambos, tan veloz como cualquiera;
Pediremos limosna siempre a dúo,
Partimos como hermanos, como grandes,
Y así pondremos una pica en Flandes».

Dicho y hecho: el tal ciego era fornido
Y como un niño levantó al tullido,
E iba con él a cuestas. El segundo
Era de humor jovial, y mantenía
Siempre de fiesta al triste compañero,
Que nunca más se impacientó iracundo.
Y así dieron la vuelta a medio mundo,
Provistos de alegría, de dinero
Y de salud de pobre.
Que es en lo material el bien primero.

Así de nuestras mil necesidades
Brota la sociedad, y cada uno
Con lo que a otro le sobra se completa.
Así la Providencia en sus bondades
No concedió a ninguno
La perfección; y de las faltas mismas
Y aun de las más crueles desventuras
Hizo un lazo de amor y beneficio
En que se dan servicio por servicio
Y dicha y bienestar las criaturas.

No envidies ni odies nunca el bien ajeno,
Ni en tu mal desesperes por desidia;
Que nada es por entero malo o bueno,
Y algo hay en ti que tu envidiado envidia.

autógrafo

Rafael Pombo


«Poesías Completas»
Fábulas y verdades


subir / top   poema aleatorio   siguiente / next   anterior / previous   aumentar tamaño letra / font size increase   reducir tamaño letra / font size decrease