EL TIEMPO Y EL INCONSTANTE
Frente de mí despliega tentadora
Su banquete de triunfo la existencia:
Virtud activa, fuerza, independencia,
Paz, esa íntima paz que el ocio ignora.
Mi arca un caudal sin límite atesora—
El tiempo —universal, óptima herencia—
Para pagar, y entrar, y en competencia
Fruir con los que el mundo ama y honra.
Pero el Tiempo —hilo de oro que cortado
Ya nada vale, estricto me condena
A que en la puerta eternamente aguarde.
Pues cada hoy comienzo; y con enfado
Pronto dejo al inañana la faena;
Y al cabo un hoy dirá la muerte: ¡Es tarde!
Bogotá, julio 16: 1886.
Rafael Pombo