SE VA
Con una imprecación, con un gemido
Ardiente como el fondo de mi pecho,
La frente alcé del solitario lecho
Y al mundo odioso de la luz volví.
A una noche de angustia y de delirio
Sucede un día de mortal congoja...
Bello está el cielo y su esplendor me enoja,
¡Ah, si el sol se apagara para mí!
Tras de un raudal de acerba desventura
Que el tronco envenenó de mi existencia
Torné a reconocer la Providencia
A la luz de unos ojos de mujer.
¡Ayer la vi, la perderé mañana!
Lampo bendito en noche tenebrosa,
Cual para hacer mi noche más odiosa,
Mi cruel destino me la trajo ayer.
Diciembre 24: 1863.
Rafael Pombo