LA CRUZ DEL SUR
Cuando las carabelas voladoras
Ai fin trazaron sobre el mar sus huellas,
Fueron rasgando por delante de ellas
La inmensidad con sus tremendas proras.
Entonces Dios, en las nocturnas horas,
Tras el misterio de las tardes bellas,
Una cruz dibujó con cuatro estrellas
En el lienzo en que pinta sus auroras.
Quedó la cruz como argentado broche
Que en la punta de un velo resplandece.
Dejando ver radiantes simbolismos;
Y hoy, sobre el terciopelo de la noche,
En la profunda obscuridad, parece
La condecoración de los abismos...
José Santos Chocano