EL AMOR DE LAS SELVAS
Yo apenas quiero ser humilde araña,
que en torno tuyo su hilazón tejiera;
y que, como explorando una montaña,
se enredase en tu misma cabellera.
Yo quiero ser gusano: hacer encaje;
dar mi capullo a las dentadas modas;
y, así, poder, en la prisión de un traje,
sentirte palpitar bajo mis sedas...
Y yo quiero también, cuando se exhala
toda esta fiebre que mi amor expande,
ir recorriendo la salvaje escala,
desde lo más pequeño a lo más grande.
Yo quiero ser un árbol: darte sombra;
con mis ramas en flor hacerte abrigo;
y, con mis hojas secas, una alfombra,
donde te echaras a soñar conmigo...
Yo soy bosque sin trocha: ¡abre el sendero!
Yo soy astro sin luz: ¡prende la tea!
Cóndor, boa, jaguar, ¡yo apenas quiero
ser lo que quieres tú que por ti sea!
Yo quiero ser un cóndor: hacer gala
de aprisionar un rayo entre mi pico;
y, así, soberbio,... regalarte un ala,
para que te hagas della un abanico.
Yo quiero ser un boa: en mis membrudos
lazos ceñirte la gentil cintura;
envolver las pulseras de mis nudos;
y morirme, oprimiendo tu hermosura...
Yo quiero ser jaguar de tus montañas;
y arrastrarte a mi propia madriguera,
para poder abrirte las entrañas...
¡y ver si tienes corazón siquiera!
José Santos Chocano