A UN ÁRBOL
Cuchichean tus hojas sus amores,
tus pájaros se besan disolutos...
¡y no está el azahar entre tus flores!
¡y no está la manzana entre tus frutos!
En vano te alzas retemplado y bronco;
también inclinas al amor la frente:
todas las primaveras, en tu tronco
se enroscará la bíblica serpiente.
Quizá al golpe del hacha que te hiere
una cruz o un navio en ti palpita,
porque al golpe del hacha el árbol muere,
pero apenas ha muerto resucita.
Cruz o navio, erguido en los altares
o abriendo el agua con potente anhelo,
conducirás los cuerpos por los mares
o llevarás las almas hacia el cielo...
José Santos Chocano