SONETO
A LA MUERTE DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DUQUE DE VERAGUAS
I
¿Ves, caminante? En esta triste pira
la potencia de José está postrada;
aquí Marte rindió la fuerte espada,
aquí Apolo rompió la dulce lira.
Aquí Minerva triste se retira;
y la luz de los astros, eclipsada
toda está en la ceniza venerada
del excelso Colón, que aquí se mira.
Tanto pudo la fama encarecerlo
y tanto las noticias sublimarlo,
que sin haber llegado a conocerlo
llegó con tanto extremo el reino a amarlo,
que muchos ojos no pudieron verlo,
mas ningunos pudieron no llorarlo.
Sor Juana Inés de la Cruz