SONETO
AL MISMO (A LA MUERTE DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DUQUE DE VERAGUAS)
III
Detén el paso, caminante. Advierte
que aun esta losa guarda enternecida,
con triunfos de su diestra no vencida,
al capitán más valeroso y fuerte:
al Duque de Veragua —¡oh triste suerte!—
que nos dio en su noticia esclarecida,
en relación, los bienes de su vida,
y en posesión, los males de su muerte.
No es muerto el duque, aunque su cuerpo abrace
la losa que piadosa lo recibe:
pues porque a su vivir el curso enlace,
aunque el mármol su muerte sobrescribe,
en las piedras verás el Aquí yace;
mas en los corazones, Aquí vive.
Sor Juana Inés de la Cruz