HACIA LA PATRIA
Caminemos para el cielo,
monjas del Carmelo.
Vamos muy mortificadas,
humildes y despreciadas,
dejando el consuelo,
monjas del Carmelo.
Al voto de la obediencia
vamos, no haya resistencia,
que es nuestro blanco y consuelo,
monjas del Carmelo.
La pobreza es el camino,
el mismo por donde vino
nuestro Emperador del cielo,
monjas del Carmelo.
No deja de nos amar
nuestro Dios y nos llamar,
sigámosle sin recelo,
monjas del Carmelo.
En amor se está abrasando
aquel que nació temblando,
envuelto en humano velo,
monjas del Carmelo.
Vámonos a enriquecer,
a donde nunca ha de haber
pobreza ni desconsuelo,
monjas del Carmelo.
Al Padre Elías siguiendo
nos vamos contradiciendo
con su fortaleza y celo,
monjas del Carmelo.
Nuestro querer renunciado,
procuremos el doblado
espíritu de Eliseo,
monjas del Carmelo.
Schez. de Cepeda Dávila y Ahumada.
Santa Teresa de Jesús