PARA UNA PROFESIÓN
Todos los que militáis
debajo desta bandera,
ya no durmáis, no durmáis,
pues que no hay paz en la tierra.
Si como capitán fuerte
quiso nuestro Dios morir,
comencémosle a seguir
pues que le dimos la muerte.
Oh qué venturosa suerte
se le siguió desta guerra;
ya no durmáis, no durmáis,
pues Dios falta de la tierra.
Con grande contentamiento
se ofrece a morir en cruz,
por darnos a todos luz
con su grande sufrimiento.
¡Oh, glorioso vencimiento!
¡Oh, dichosa aquesta guerra!
Ya no durmáis, no durmáis,
pues Dios falta de la tierra.
No haya ningún cobarde,
aventuremos la vida,
pues no hay quien mejor la guarde
que el que la da por perdida.
Pues Jesús es nuestra guía,
y el premio de aquesta guerra
ya no durmáis, no durmáis,
porque no hay paz en la tierra.
Ofrezcámonos de veras
a morir por Cristo todas,
y en las celestiales bodas,
estaremos placenteras.
Sigamos estas banderas:
pues Cristo va en delantera,
no hay que temer, no durmáis,
pues que no hay paz en la tierra.
Schez. de Cepeda Dávila y Ahumada.
Santa Teresa de Jesús