TABARÉ
LIBRO PRIMERO
CANTO SEGUNDO
VI
Madre: ¡no llores más! Siempre en tus ojos
Gotas de llanto veo
Que humedecen tu voz y tus miradas,
Tus cantos y tus besos;
Con ese llanto siempre
Al despertar te encuentro
Quién lleva, pobre madre, tantas lágrimas
Hasta el mismo silencio de tus sueños?
¡No llores más! Porque no llores nunca
Yo rezo, siempre rezo
La oración qué despierta en mis auroras
Y se duerme conmigo cuando duermo.
¿Por qué lloras? Las tribus no te ofenden.
¿Oyes? Están muy lejos.
Beben sangre de Palmas y algarrobos,
Y después dormirán no tengas miedo.
En la cruz que reciben las plegarias,
En esa que has clavado entre los ceibos,
A hacer su nido bajarán los ángeles
Y a recoger mis ruegos.
No llores, que la virgen invisible
Que me enseñas a amar, vendrá por ellos.
Y a ti también te besará en la frente,
Y a nuestro lado velará tu sueño.
La madre sollozaba;
Estrechaba a su hijo sobre el seno,
Y sus miradas húmedas
Escalaban los mundos ascendiendo.
Huían de la tierra, hasta posarse
En el regazo eterno
Pero el cielo ansiosas descendían
El indio niño a acariciar de nuevo.
Juan Zorrilla de San Martín