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AQUÍ FABLA DE LA CONSTELAÇIÓN E DE LA PLANETA, EN QUE LOS OMES NASÇEN, EL DEL JUYZIO QUE LOS CINCO SSABIOS NATURALES DIERON EN EL NASÇEMIENTO DEL FIJO DEL REY ALCAREZ
Estrofas 123-165

Los antiguos astrólogos dizen en la ciençia
de la astrología una buena sabiençia:
qu'el ome, quando nasçe, luego en su naçençia
el signo en que nasçe le juzgan por sentencia.

Esto diz' Tholomeo e dízelo Platón,
otros munchos maestros en este acuerdo son:
qual es el asçendente e la costellaçión
del que naçe, tal es su fado e su don.

Muchos ay que trabajan sienpre por clerezía:
deprenden grandes tienpos, espienden grant quantía;
en cabo saben poco: que su fado les guía,
non pueden desmentir a la astrología.

Otros entran en orden por salvar las sus almas,
otros toman esfuerço en querer usar armas,
otros sirven señores con las sus manos anbas:
pero muchos de aquestos dan en tierra de palmas.

Non acaban en orden nin son más cavalleros
nin han merçed de señores nin han de sus dineros:
¿Por qué puede ser esto? Creo ser verdaderos,
segund natural curso, los dichos estrelleros.

Porque creas el curso destos signos atales,
dezirt' he un juyzio de çinco naturales,
que judgaron un niño por sus çiertas senales,
dieron juyzios fuertes de acabados males.

Era un rrey de moros, Alcaraz nonbre avía:
nasçióle un fijo bello, más de aquél non tenía;
enbió por sus sabios, dellos saber quería
el signo e la planeta del fijo que l'o nasçía.

Entre los estrelleros, que l'vinieron a ver,
vinieron çinco dellos de más conplido saber;
desque vieron el punto en que ovo de nasçer,
dixo el un maestro: "Apedreado ha de ser".—

Judgó el otro e dixo: "Éste ha de ser quemado".—
Diz' el terçero: "El niño ha de ser despeñado".—
Diz' el quarto: "El infante ha de ser colgado".—
El quinto diz': "Morrá en agua afogado".

Quando vido el rrey juyzios desacordados,
mandó que los maestros fuesen muy bien guardados;
fízolos tener presos en logares apartados,
dio todos sus juyzios por mintrosos provados.

Desque fue el infante a buena hedat llegado,
pidió al rrey su padre que le fuese otorgado
de yr a correr monte, caçar algún venado;
rrespondióle el rrey que l'plazía de grado.

Cataron día claro para ir a caçar;
desque fueron en monte, óvose a levantar
un rrevatado nublo: començó de agranizar,
e a poca de ora començó d'apedrear.

Acordóse su ayo de cómo lo judgaron
los sabios estrelleros, que su signo cataron:
"Señor, diz', acogámonos, que los que vos fadaron
non sean verdaderos en lo que adevinaron".—

Pensaron muy ayna todos de se acojer;
mas como es verdat e non puede fallesçer,
que lo que Dios ordena en como ha de ser,
segund natural cursso, non se puede estorçer,

Ffaciendo la grand piedra, el infante aguijó;
pasando por la puente, un gran rrayo le dio,
fforadose la puente, por allí se despeñó,
en un árbol del rrío de sus faldas se colgó.

Estando asy colgado ado todos lo vieron,
afogose en el agua, acorrer non lo pudieron:
los çinco fados dichos todos bien se conplieron.
los sabios naturales verdaderos salieron.

Desque vido el rrey conplido su pessar,
mandó los estrelleros de la presión soltar:
fízolos mucho bien e mandoles usar
de su astrología, que non avíe que dubdar.

Yo creo los estrólogos verdad naturalmente;
pero Dios, que crió natura e açidente,
puédelos demudar e fazer otramente,
segund la fe cathólica: yo desto so creyente.

En creer la natura non es de mal estança,
e creer más en Dios con muy firme esperança;
por que creas mis dichos e non tomes dubdança;
pruévolo brevemente con esta semejança:

Cyerto es que el rrey en su regno he poder
de dar fueros e leyes e derechos fazer:
desto manda fazer libros, quadernos conponer,
para quien faze el yerro qué pena deve aver.

Acaesçe, que alguno ffaze grand trayçión;
ansí que por el fuero debe morir con rraçón;
pero por los privados, que en su ayuda son,
si piden merçed al rrey, dale conplido perdón.

O sy por aventura aqueste que lo erró,
al rrey en algund tienpo atanto le servió,
que piedat e serviçio muncho al rrey movió,
porqué del yerro fecho conplido perdón dio.

E ansy como por fuero avía de morir,
el fazedor del fuero non lo quiere consentyr,
dyspensa contra el fuero e déxalo bevir:
quien puede fazer leyes, puede contra ellas yr.

Otrosy puede el papa sus decretales far,
en que a sus súbditos manda çierta pena dar;
pero puede muy bien contra ellas dispenssar,
por graçia o por serviçio toda la pena soltar.

Veemos cada día pasar esto de fecho;
pero por todo eso las leyes y el derecho
e el fuero escripto non es por ende desfecho;
ante es çierta çiencia e de mucho provecho.

Bien ansy nuestro Señor, quando el çielo crió,
puso en él sus signos e planetas ordenó,
sus poderíos çiertos e juyzios otorgó;
pero mayor poder rretuvo en sy, que le non dio.

Anssy que por ayuno, lymosna e oraçión
e por servir a Dios con mucha contriçión
non ha poder mal signo nin su costellaçión;
el poderío de Dios tuelle la tribulaçión.

Non son los estrelleros por todo esto mintrosos:
judgan segund natura por sus cuentos fermosos:
ellos e la su çiençia son çiertos, non dubdosos;
mas contra Dios non pueden yr nin son poderosos.

Non ssé astrología nin só ende maestro
nin sé el astralabio más que buey de cabestro;
mas porque cada día veo pasar aquesto
por aqueso lo digo. Otrossy veo aquesto:

Muchos nasçen en Venus, que lo más de su vida
es amar las mugeres, nunca se les olvida:
trabajan e afanan muy mucho syn medida,
e los más non rrecabdan la cosa más querida.

En este signo atal creo que yo nasçí:
sienpre puné en servir dueñas que conosçí,
el bien que me feçieron non lo desgradeçí
a muchas serví mucho, que nada acabesçí.

Como quier que he provado mi signo ser atal,
en servir a las dueñas puno e non en al:
aunque ome non goste la pera del peral,
en estar a la sonbra es plazer comunal.

Muchas noblezas ha en el que a dueñas sirve:
loçano, fablador, en ser franco se abive;
en servir a las dueñas el bueno non se esquive:
que si mucho trabaja, en mucho plazer byve.

El amor faz' sotil al ome que es rrudo,
ffázele fablar fermoso al que antes es mudo,
al ome que es covarde fázelo atrevudo,
al perezoso faze ser presto e agudo.

Al mançebo mantiene mucho en mançebéz,
al viejo faz' perder muy mucho la vejéz,
ffaze blanco e fermoso del negro como pez,
lo que non val' una nuez, amor le da gran prez.

El qu' es enamorado, por muy feo que sea,
otrossí su amiga maguer sea muy fea,
el uno e el otro non ha cosa que vea,
que tan bien le paresca nin que tanto desea.

El bavieca, el torpe, el neçio e el pobre
a su amiga bueno paresçe e rrico onbre,
más noble que los otros: por ende todo onbre,
como un amor pierde, luego otro cobre.

Ca, puesto que su signo sea de tal natura
como es este mío, dize una escriptura
que "buen esfuerço vence a la mala ventura",
e toda pera dura grand tienpo la madura.

Una tacha le fallo al amor poderoso,
la qual a vos, dueñas, yo descobrir non oso;
porque non me tengades por dezidor medroso,
es ésta: que el amor sienpre fabla mintroso.

Ca, segund vos he dicho en la otra consseja,
lo que en sí es torpe, con amor bien semeja,
tiene por noble cosa lo que non val' una arveja:
lo que semeja non es: ¡oya bien tu oreja!

Sy las mançanas sienpre oviesen tal sabor
de dentro, qual de fuera dan vista e color,
non avríe de las plantas fructa de tal valor;
mas ante pudren que otra: ¡pero dan buen olor!

Bien atal el amor, que da palabra llena:
toda cosa que diçe paresçe mucho buena;
non es todo cantar quanto rruydo suena:
por vos descobrir esto, dueña, nin aya pena.

Dize: "por las verdades sse pierden los amigos,
e por las non dezir se fazen desamigos":
anssy entendet sano los proverbios antiguos,
e nunca vos creades loores de enemigos.

yo Juan Ruiz, arcipreste de Fita

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320


«Libro de Buen Amor» (1320)

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