BREVE ELEGÍA
Era la sombra del amor,
la sombra del amor: no pudo ser.
Ya pasó por mi vida otro dolor,
ya pasó otra mujer.
No era su pecho mi cabezal,
no eran sus manos las guiadoras
por el camino triste y fatal.
No era el consuelo para mis horas,
no era la fuente para beber,
ni el tronco firme donde enredarme,
dar unas flores y envejecer.
Era la sombra del amor,
la sombra del amor: no pudo ser.
Ya pasó por mi vida otro dolor,
ya pasó otra mujer.
Baldomero Fernández Moreno