ESTRELLA DEL CIELO
Estrella del cielo,
ya sé que te quejas
porque me he olvidado
de darte los ojos
en la más penosa,
en la más larga,
en la más indefensa
noche.
Y yo te digo,
estrella del cielo,
que esperes.
Te niego mis ojos,
hasta que la tierra
diga su pimpollo.
Mis ojos te niego
porque los he dado
a los surcos huérfanos.
Para que comprendas,
mira a los labriegos:
cuando están curvos a la tierra
le dan la espalda al cielo.
Cuando el surco diga
su tallo primero
me estiraré todo
y alzaré los ojos
limpios, limpios, limpios
como las cosechas,
estrella del cielo.
Castillo de Puerto Cabello, 1930
Andrés Eloy Blanco