LAMENTO POR LA DIOSA PEQUEÑA
Lívida luna, vas huyendo
hacia la parte del silencio,
y qidén detrás,
y quién
viene ligero como el tiempo.
Quién si no el tiempo,
mi señora,
quién si no el tiempo,
can oscuro,
te hace volar entre la noche clara.
Cansadamente cae tu velo
y miro tu ceniza
y me da pena.
Eliseo Diego