MÁS ALLÁ DEL DOLOR
Es cierto que he vivido en los últimos años
cosas que no querría haber vivido nunca.
Sin embargo, bendigo
esta mañana de ámbar en mitad del invierno.
Me siento en un jardín;
son ahora las doce.
El sol desciende delicadamente,
se remansa a mi lado y comienza a decirme:
«Eloy, abre los ojos;
mira este cielo, tanta claridad.
Respiras, estás vivo. Y si no desfalleces
y en tu ser perseveras,
más allá del dolor sabrá tu pecho
de la alegría y la misericordia.
»La más honda verdad sólo es la luz,
la luz que esta mañana te cobija.
Mírala y hazla tuya, entiéndela.
Siempre estará contigo
para que no claudiques y que en ella te salves,
para que en ti no acabe nunca el canto».
Eloy Sánchez Rosillo