PARA GANAR LA LUZ
Cuánta pureza en esta luz que hoy
baja del cielo, y cuánta libertad
para mi corazón, que con frecuencia
en lo oscuro se obstina.
No es fácil ver la luz,
mirarla simplemente y ser dichosos.
Muchas cosas impiden que ese don que nos salva
a nuestros ojos llegue.
Para ganar la luz es necesario
que todo sea mirada en nuestro espíritu,
que mientras la miramos olvidemos
afanes y dolores, hábitos que nos ciegan.
A pesar de negarla tantas veces,
hoy de verdad la veo, la respiro, la escucho.
Mis ojos quieren ver. Y la luz deja
que descienda a mi vida su piedad, su alegría.
Eloy Sánchez Rosillo