TAN DECIDIDAMENTE
El más seguro bien que yo poseo,
el que más me conforma y más estimo,
el más mío tal vez, siendo de todos,
es esta milagrosa luz que tiene
aquí la primavera cuando empieza.
No sabe uno ni de dónde surge
ni de qué modo crece y se abre paso
entre las lobregueces del invierno.
Y es un prodigio verla cómo llega
no poco a poco, sino avasallando
con inconsciente y juvenil arrojo
cuanto encuentra en su avance, hasta que logra
adueñarse del todo y sin remedio
de este lugar del mundo en el que vivo.
No son ya pocas, no, las ocasiones
en que he asistido con perplejidad
a su triunfal advenimiento, pero
nunca aunque se reitere, se transforma
el suceso que digo en mero hábito:
es siempre asombro, primigenio asombro,
esta luz que hasta el fondo nos redime
de la miseria propia y de la ajena,
que nos lava las culpas y nos hace
criaturas que cantan y le oponen
con invencible determinación
su alegría a la muerte.
Eloy Sánchez Rosillo