AQUELLOS AÑOS
Olor de aquellos años de mi infancia,
olor en blanco y negro,
que a mí no me impedía respirar lo absoluto.
Impregnaba de un modo la ciudad
que está dentro de mí y no acierto a decirlo.
Era un olor, no sé, pequeño y provinciano,
de oficios muy antiguos, de talleres oscuros.
Estaba todo entonces un poco viejo y roto,
manga por hombro y desgastado por la vida.
Lo único que olía siempre a nuevo
era la luz del sol cada mañana.
Al caer en mi barrio redimía sus calles
y tocaba las cosas a fondo, una por una,
con dulzura y piedad.
Eloy Sánchez Rosillo