DEJO LA PUERTA ABIERTA
Para vosotros, que vendréis al mundo
cuando yo me haya ido,
escribo este poema.
No sé; tal vez un día,
gracias a los azares que entreteje
la vida a cada instante,
os traerán vuestros pasos hasta él.
Dejo su puerta abierta por si acaso
y empiezo a imaginar como certeza
lo que es tan sólo un sueño.
En mi poema puede verse el cuarto
en el que escribo hoy. Entrad, entrad
con toda confianza,
a pesar de mi ausencia.
Y aproximaos al balcón. Transcurre
una tarde hermosísima
de finales de agosto.
Después de tantos días implacables
de luz arrasadora,
el tiempo ha dado un giro inesperado.
Son una bendición para los ojos
estas horas distintas. Se diría
que anda de retirada ya el verano. (1)
Da pena despedirlo
(todo lo que se va nos duele al irse), (2)
pero el cambiar también es alegría.
Por momentos están amontonándose
nubes negras y grises en el cielo
y el viento las trajina y las sojuzga
sin miramiento alguno. (3)
La tarde se oscurece más y más.
Y al fin rompe a llover. Qué maravilla.
Llueve con fuerza, a ráfagas violentas,
y las fulguraciones enlazadas
de incesantes relámpagos
abren paso a los truenos,
que tropiezan y ruedan allá arriba
con estruendo imponente.
Mirad y oled la lluvia,
disfrutad de esta tarde en la que no
podremos estar juntos.
Sabed que la escribí con regocijo.
Y que pensé en vosotros.
Eloy Sánchez Rosillo
En otra versión:
(1) Se sustituye
«que anda de retirada ya el verano.»
por
«que anda el verano ya de retirada.».
(2) Se sustituye
«(todo lo que se va nos duele al irse),»
por
«(si fue clemente y pleno,
todo lo que se va nos duele al irse)».
(3) Se sustituye
«sin miramiento alguno»
por
«de muy mala manera».