anterior   aleatorio / random   autor / author   inicio / home   siguiente / next

AL TIEMPO

Veloz, veloz, cual ráfagas de nubes
Cruzas ¡oh Tiempo! ¡de mi patria el cielo!
Siempre llevando en nacarado velo
¡Del Dios la cifra que tu ser formó!
Te he visto a veces silencioso, humilde,
Rodar envuelto en diamantina alfombra;
Otras cubierto con la negra sombra
Que algún fantasma sobre ti arrojó.

Incomprensible, ¡incomprensible Tiempo!
¿Por qué te vistes con lunetas de oro,
Y luego arrojas tempestuoso lloro
Sobre los seres que te ven cruzar?
¿Por qué me traes tenebrosas noches,
Llenas de luto, de terror y espanto?
Noches que arrancan a mis ojos llanto,
¡Llanto que rueda en abundante mar!

Cuando los rayos por el éter cruzan
Rasgando el seno de la nube undosa,
Y que a torrentes el granizo empoza
La tierra donde viene a descansar;
Cuando cruzas en carro de tinieblas
Rugiendo por los ámbitos del mundo,
Entonces ¡oh Tiempo! mi dolor profundo
Contigo mismo me hace delirar.

Pienso que tú revuelves en los aires
Monstruos cargados de hórridas cadenas;
Y que las densas nubes son sus venas
De donde brota lluvia y tempestad
Y que ese mar que cubre medio mundo
Fue de tu cuerpo el primitivo lecho,
Donde un gigante te rasgara el pecho
Para nacer de allí la inmensidad.

Mas cuando cruzas por mi patria amada
Con brillantes faroles encendidos,
Pensamientos de gloria revestidos
¡En mi mente se vuelven a posar!
Yo miro entonces al nacer el alba
Jaspeadas nubes de color rosado;
Y luego al sol que rompe el enrejado
De árboles mil por do se ve asomar.

Después le miro que con raudo paso
Corta veloz la bóveda azulada;
Más tarde, al fin, al fin de su jornada
Mis ojos ven su frente sepultar;
Y aparecer cual óvalo de oro
La refulgente y solitaria luna;
Como aparece un lampo de fortuna
Por momentos no más en nuestro hogar.

Yo pienso entonces… sí, mis pensamientos
¡Son manantiales de esperanza y gloria!
¡Ráfagas ay! que alientan mi memoria
Con la ilusión de un bello porvenir...
¡Extraña condición! ¿Por qué yo quiero
Que pase el tiempo en carro de diamantes,
Y que jamás las nubes ondulantes
Apaguen su zafíreo relucir?

¡Cuando la mano que formó los mundos
Es la que rige su sonante rueda!
Cuando ella misma en átomos de seda
¡Universos pudiera transformar!
Sigue tu marcha, ¡oh Tiempo! aunque tus nubes
¡Broten volcanes de quemante fuego!
Que yo tan sólo el suplicante ruego
¡Al Dios que me formó, sabré elevar!

autógrafo

1858.
Epifanio Mejía


Epifanio Mejía

subir / top   poema aleatorio   siguiente / next   anterior / previous   aumentar tamaño letra / font size increase   reducir tamaño letra / font size decrease