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TRIUNFO DE LA VOLUNTAD
DISCURSO DE LA INOCENCIA

Después de ser ya casi sin sentido
salido de la cueva muy oscura,
do fui por la maestra detenido
que dio razón al ser de mi figura.
Ni bien despierto siendo ni dormido
por un remoto valle y espesura,
partí, de do salí con paso lento
sin gana de seguir ningún intento.

Riendo sin placer a veces yendo
y a veces sin sentir pesar llorando
ningún dolor ni mal aborreciendo
ni cosa placentera deseando.
Do fuese mi viaje no sabiendo
las leguas y caminos ignorando
de mí ni de los otros no sabía
ni cuando fuese noche ni de día.

De tal manera yendo muchos días
por este dicho valíe y espesura
lleno de buenas y fragosas vías,
pisadas por humanas criaturas:
Salían al encuentro muchas guías
mas eran ellas selvas tan obscuras,
que puesto que guiarme procuraban
ningún camino bueno me mostraba.

Siguiendo bien o mal la más seguida
pasadas tres o cuatro mil jornadas
en muchas vías otras fue partida
a partes diferentes inclinadas,
Y así la via grande y a perdida
confusa con las otras declaradas
pensaba cuai de tantas tomaría
al tiempo qae la luz del sol salía.

Las unas destas vías son fragosas
y malas de subir por unas cuestas,
las otras apacibles deleitolas
que van por verdes prados y florestas.
Yo viendo ser aquellas tan hermosas
las otras fatigolas v molestas
y el fin de todas ellas ignoraba
por una de las llanas ir pensaba.

Habiendo pues por ella ya partido
no sé que voz a gritos me decía:
no vayas por ahí qus vas perdido,
mas debes de tomar la diestra vía.
Y así con este miedo yo movido
propuse de seguir por do decía,
mas una gran giganta ciega vino
diciendo ves aquí mejor camino.

La voz que por la diestra me llamaba
a seguir por do más el ir conviene
razón según parece se llamaba
y estotra Voluntad por nombre tiene.
La ciega que guiar me procuraba
no ve por donde va ni donde viene,
razón que más un poco claro veía
los fines destas vias conocía.

Son estas dos hermanas tan contrarias
según Platón y Febo refulgente,
las cuales en discordias ordinarias
en una cosa son continuamente.
Por ser de condición y votos varias
entrelias mal concordia se consiente:
aquello con que huelga más la una
la otra cuanto puede lo repugna.

autógrafo

Francisco de Guzmán


«Triunfos morales» (1557)

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