HOMBRE TERRESTRE
Tú me diste enseñanza de grandeza
y el culto del inmenso silentismo.
Lo que hay en tus misterios, soy yo mismo.
Tú me diste un gran ser, Naturaleza.
Por eso se estremece mi cabeza
con iras y relámpagos de abismo,
y en las sombras latente paroxismo
hunde en mi sueño sepulcral fijeza.
Desciendo de tus ríos y cabalgo
mi verde potro y a su espalda salgo
a recorrer en la tiniebla el mundo.
Y allá voy con tus savias en las venas,
destrozando telúricas cadenas
con un estruendo líquido y profundo.
Germán Pardo García