HOMBRE EN EL LLANO
Había nacido agricultor. Y un día
la yunta con que araba mi secano,
quedó extenuada, muerta sobre el llano.
La dura tierra sin piedad ardía.
Mas yo era un hombre agricultor. Tenía
que seguir mi tarea. Y con la mano
comencé a roturar lento y en vano.
La tierra nada, nada producía.
Cayéronse mis uñas a pedazos.
Me salieron heridas en los brazos
y en los pies moribundos. Y tenía
que seguir roturando la llanura.
La tierra estaba miserable, oscura
y yo era agricultor. Yo lo sabía.
Germán Pardo García