NATURALEZA
¡Tengo fe en las ciruelas estivales!
¡En las uvas de otoño, en los racimos
llenos de almíbar, que inmaturos vimos
sobre la insolación de los tapiales!
¡Tengo fe en las alondras y turpiales!
¡Por ellos despertamos y vivimos
en un orbe de música y morimos
en un mundo de pájaros fluviales!
En vez de esta garganta que aglutina
sonidos roncos y hermosura implora,
¡dadle a mi voz sonoridad marina!
¡Y cambiadme la piel desteñidora,
por una de naranja mandarina
que sus nectarios hemisferios dora!
Germán Pardo García