ODA XXI
A LA MISMA
¿De dó tus quejas vienen,
o dulce tortolilla?
¿El bien perdido lloras?
¿o en blando amor suspiras?
Amor, amor te inflama.
rindiose al fin la esquiva
constancia; bien tus ojos
incautos lo publican.
¡Cuál brillan!, ¡cuán alegres
se mueven sus pupilas!,
¡con qué ternura y gracia
al nuevo dueño miran!
Parece que al volverse
le dicen: «Ya las iras
cesaron, ven y goza
por premio mil delicias».
Él llega; y aun cobarde
con vueltas repetidas
cercándote, tu lado
gimiendo solicita.
Rueda y rueda, y se ufana;
tú pïando le animas,
y él más y más sus vueltas
estrecha y multiplica...
¡Oh, tórtola dichosa!,
¿dó vuelas?, ¿tus caricias
le niegas?, ¿o así huyendo
su ardiente amor irritas?
Ya paras; y a su arrullo
respondes; ya lasciva
le llamas, y al besarlo
ya el tierno pico inclinas.
Tu espléndido plumaje
se encrespa y al sol brilla;
tus alas se estremecen,
y gimes y te agitas.
¡Felice y tú, y tu amante,
feliz y esa florida,
haya que en blando lecho
con dulce paz os brinda!
Juan Meléndez Valdés
Los párrafos en amarillo se omiten en el manuscrito, aunque aparecen en la ediciones impresas. Las palabras en azul son las divergencias entre el manuscrito y las versiones impresas, por suponer un cambio o texto omitido en la versión impresa. Como modelo de versión impresa seguimos el texto en la red de la Biblioteca Virtual Cervantes.