PEQUEÑA CRÓNICA
Entre nosotros hubo
lo que hay entre dos cuando se aman:
sangre del himen roto. (¿Te das cuenta?
Virgen a los treinta años ¡y poetisa! Lagarto.)
La hemorragia mensual o sea en la que un niño
dice que sí, dice que no a la vida.
Y la vena
—mía o de otra ¿qué más da?— en que el tajo
suicida se hundió un poco o lo bastante
como para volverse una esquela mortuoria.
Hubo, quizá, también otros humores:
el sudor del trabajo, el del placer,
la secreción verdosa de la cólera,
semen, saliva, lágrimas.
Nada, en fin, que un buen baño no borre. Y me pregunto
con qué voy a escribir, entonces, nuestra historia.
¿Con tinta? ¡Ay! Si la tinta
viene de tan ajenos manantiales.
Rosario Castellanos