EL SOL
Leve, ingrávida, apenas,
la sandalia. Pisadas
sin carne. Diosa sola,
demanda a un mundo planta
para su cuerpo, arriba
solar. No cabellera
digáis: cabello ardiente.
Decid sandalia, leve
pisada; decid sólo,
no tierra, grama dulce
que cruje a ese destello,
tan suave que la adora
cuando la pisa. ¡ Oh, siente
tu luz, tu grave tacto
solar ! Aquí, sintiéndote,
la tierra es el cielo. Y brilla.
Vicente Aleixandre