EL PIE EN LA ARENA
El pie desnudo. Solo
su huella, solo el leve
trasunto. Aquí el perfume
estuvo, ¡Quién pudiera
seguirte, aire que un día
arrebataste la última
sospecha de una carne!
Huella desnuda, intacta.
Plinto de mi deseo,
donde hoy se yergue entera
la irrenunciable estatua.
Vicente Aleixandre