Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme
CELEBRACIÓN DE LA VOZ HUMANA/1
CELEBRACIÓN DE LA VOZ HUMANA/2
Cuando Lucía Peláez era muy niña
El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas
El Chinolope vendía diarios y lustraba zapatos en La Habana
EL DIAGNÓSTICO Y LA TERAPÉUTICA
El poeta Juan Gelman escribe alzándose sobre sus propias ruinas
En Buenos Aires, en el puente de La Boca
En el sector infantil de la feria del libro, en Bogotá
En la Facultad de Ciencias Económicas, en Montevideo
En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre
En Montevideo, en el barrio Brazo Oriental
Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo
Ese hombre o mujer, está embarazado de mucha gente
Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua
Fue en la selva, en la Amazonia ecuatoriana
Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas
Hacía pocos años que había terminado la guerra de España
Los indios shuar, los llamados jíbaros
Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo
Marcela estuvo en las nieves del norte
Ni diez personas iban a los últimos recitales del poeta español Blas de Otero
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados
No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje
Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de Barcelona
Peca el que miente, dice Ernesto Cardenal, porque roba verdad a las palabras
Portinari no está —decía Portinari
Ren Weschler recogió su testimonio
¿Señor o señora? ¿O los dos a la vez?
Sueñan las pulgas con comprarse un perro
Tenían las manos atadas, o esposadas
Un hombre de las viñas habló, en agonía
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo
Un sistema de desvínculo: El buey solo bien se lame
Una pareja venía caminando por la sabana, en el oriente del África
¡VAYAN PASANDO, SEÑORAS Y SEÑORES!
Ya está naciendo el nuevo milenio