Al retrato de Gabriel Lasso de la Vega publicado en La Mexicana de Lasso en 1594
Alma Venus gentil, que al tierno arquero
Aunque a la alta región de la alegría
Así las ninfas del Sebeto ameno
¡Ay, que considerar el bajo punto
Clara fuente de luz, nuevo y hermoso
Comunica su luz desde su altura
Crudas y heladas ondas fugitivas
«¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando
¿Cuál nunca osó mortal tan alto el vuelo
Cual sin arrimo vid; cual planta umbrosa
De otros tantos, gran Dios, cielos y estrellas
De sus hermosos ojos dulcemente
Desde la eternidad, antes que el cielo
Dichoso monte en cuya altiva frente
En fin, en fin, tras tanto andar muriendo
Es tanto el bien que derramó en mi seno
Galanio, tú sabrás que es otro día
Hermosa más que el Sol, antes nacida
Junto a su Venus, tierna y bella, estaba
Juro, Escobar, por aquel lazo eterno
Mientras estáis allá con tierno celo
Mil veces callo, que romper deseo
Mil veces digo, entre los brazos puesto
No por Apolo y Marte un nuevo Marte
¡Oh, del inmenso ser concebidora
¡Oh, indigno de la vida acá en el suelo!
¡Oh, mano convertida en duro hielo
Otro aquí no se ve que frente a frente
POCOS TERCETOS ESCRITOS A UN AMIGO
POR UN BOFETÓN DADO A UNA DAMA
Por vuestros ojos juro, Elisa mía
«Pues cabe tanto en vos del bien del cielo
Puso el Señor del cielo en vuestra cara
¿Quién podrá sin un ay del alma enviado
RECONOCIMIENTO DE LA VANIDAD DEL MUNDO
Sacrosanta, inmortal fuente que sales
Señor, que allá de la estrellada cumbre
Si al Sumo Amor, la voluntad divina
Si nunca, del umbroso y cavo seno
«Solías tú, Galatea, tanto quererme
Templo, que larga edad fuiste ofrecido
Tú, que el furor francés cantar pudieras
«¿Ya te vas, Tirsis?» «Ya me voy, luz mía»
Yace en esta que veis cava cubierta