Abierta al viento la turgente vela
Agoniza la luz. Sobre los verdes
AL MISMO (Enviándole mi retrato)
Al resplandor incierto de los cirios
Amo el bronce, el cristal, las porcelanas
ANTE EL RETRATO DE JUANA SAMARY
Bajo el dosel de gigantesca roca
Como galeón de izadas banderolas
Como rosadas flechas de aljabas de oro
Como vientre rajado sangra el ocaso
Coronada de vivos resplandores
Cuando el hijo salvaje del desierto
Cuando la ardiente luz de la mañana
Cuando la vida, como fardo inmenso
Cuando yo duerma, solo y olvidado
¡Cuántas noches de insomnio pasadas
El joven gladiador yace en la arena
En el palacio hebreo, donde el suave
En el seno radioso de su gruta
En el verde jardín del monasterio
En la noche azulada y silenciosa
En la popa desierta del viejo barco
¿Eres dichoso? Si tu pecho guarda
Frente al balcón de la vidriera roja
Hastiada de reinar con la hermosura
Lejos brilla el Jordán de azules ondas
Luz fosfórica entreabre claras brechas
Mi corazón fue un vaso de alabastro
Miseria helada, eclipse de ideales
Monstruo de piedra, elévase el castillo
Muerden su pelo negro, sedoso y rizo
Nací en Cuba. El sendero de la vida
No arrancó la Ambición las quejas hondas
No busques tras el mármol de mi frente
No fuiste una mujer, sino una santa
No me habléis más de dichas terrenales
Noble y altivo, generoso y bueno
Noche de soledad. Rumor confuso
Nunca te conocí, mas yo te he amado
¡Oh, divina belleza! Visión casta
Perdió mi corazón el entusiasmo
Polvo y moscas. Atmósfera plomiza
¿Por qué lloras, mi pálida adorada
¡Qué tristes son las horas! Cual rebaño
¿Quién no le rinde culto a tu hermosura
Rasgando las neblinas del Invierno
Rostro de asceta en que el dolor se advierte
Si escuchas ¡oh adorada soñadora!
Sonrisas de las vírgenes difuntas
Tabernáculo abierto de dolores
Tendido en la bañera de alabastro
Tengo el impuro amor de las ciudades
Tez morena encendida por la navaja
Un cielo gris. Morados estandartes
Voz inefable que a mi estancia llega
Ya la fiebre domada no consume
Yo era la rosa que en el prado ameno
Yo no amo la mujer, porque en su seno
Yo sé que nunca llegaré a la cima
Yo soy como una choza solitaria