PREGUNTAS
Nadie me da respuesta.
Pregunto aquí, en el tiempo —en esta altura
de intemperie enigmática—,
por tu decir tan puro.
Pero nadie parece saber nada.
Madre, madre,
¿por qué hace hoy tanto frío
y no oigo tu voz clara?
Qué oscuro este lugar, cuánto silencio.
¿Dónde tu mano, dónde el niño aquel
que en la luz del principio junto a ti caminaba?
Eloy Sánchez Rosillo