PAUSAS DE AMOR
6. A UNA MUJER
Estoy cierto de ti, de humanizarte
en tu desnuda forma fugitiva.
Arco floral, a ti la luz deriva.
Verde río, no ceso de escucharte.
Puertas de nubes abro por hallarte.
Ya en mis hombros no está tu mano activa.
Silencios digo y en la voz cautiva
las palabras empiezan a esperarte.
La amatista del alba y la certeza
del ocaso y la noche despojada,
alzan luceros para mí tardíos,
y custodian la paz de tu cabeza,
dulcemente, en su angustia, doblegada
sobre un sitial de mármoles sombríos.
Germán Pardo García