SILENCIO
¡Escúchame explorándome la frente!
¡Rozándome los poros, la hendedura
de la piel que ha sufrido y ya es oscura
como la hierba al cintilar poniente!
¡Soy el Silencio y silenciariamente
me escucharás en la mirada, impura
como de buitre, o llena de amargura
si es la del perro que abandono siente!
¡Pálpame al fondo y hallarás un grito
de acentos telepáticos, escrito
sobre ese muro que el Dolor construye
con el marfil de la humedad cutánea,
donde un río de furia subterránea
ensalina mi cuerpo y lo destruye!
Germán Pardo García