Cantar de Mío Cid. Folio 23r
volviendo va la cabeza para mirar hacia atrás.
Miedo tiene porque cree que el Cid se arrepentirá;
por todo el oro del mundo Mío Cid no haría tal,
deslealtades así no las hizo el Cid jamás.
El conde ya se ha marchado, da la vuelta el de Vivar,
juntóse con sus mesnadas y muy alegre que está
por el botín que de aquella batalla les quedará:
tan ricos son que no pueden ni su riqueza contar.
FIN DEL CANTAR PRIMERO
CANTAR SEGUNDO
Bodas de las hijas del Cid
64
El Cid se dirige contra tierras de Valencia
Aquí se empieza el poema de Mío Cid el de Vivar.
Ya ha poblado Mío Cid aquel puerto de Alucat,
se aleja de Zaragoza y de las tierras de allá,
atrás se ha dejado Huesca y el campo de Montalbán
de cara a la mar salada ahora quiere guerrear:
por Oriente sale el sol y él hacia esa parte irá.
A Jérica gana el Cid, después Onda y Almenar,
y las tierras de Burriana conquistadas quedan ya.
65
Toma de Murviedro
Ayudóle el Creador, el Señor que está en el cielo,
y con su favor el Cid pudo tomar a Murviedro.
Bien claro ha visto que Dios siempre le va socorriendo.
En la ciudad de Valencia ha cundido mucho miedo.
66
Los moros valencianos cercan al Cid.
Éste reúne sus gentes.
Arenga
Aquello a los de Valencia muy poco gusto les da.
En consejo se reúnen y al Cid fueron a cercar.
Marcharon toda la noche; cuando el alba fue a rayar,
allí cerca de Murviedro sus tiendas van a plantar.
El Campeador al verlos se empieza a maravillar:
«¡Alabado sea Dios, Señor espiritual!
Nos metimos en sus tierras, les hacemos mucho mal,
Anónimo, copista Per Abbat
Versificación moderna de Pedro Salinas