No tengo más calor que el que me prestas
No yelo si no quieres que me enfríe
al calor de los besos que me restas.
Cierto voy, si no buscas que extravíe
el equívoco plano de estas cuestas
sin albatros ni brújula que guíe.
Acojo el proyectil de la ballesta
si alevosa me pides que confíe.
Desconozco los signos de la vida
Y si quieres quemar la primavera
me pertrecho de fuego y combustibles.
Íñigo Ongay