A la distancia, tuve que guardar la distancia suficiente para contemplarte
Claroscuro, sentado en la ventana de aquel cuarto
El frío rasga tu noble piel, aun cuando vos lo creías incapaz
Empieza al momento de abrirlos, jugar con ellos
Se desliza suave y sutil mientras se mete entre mis sábanas
Una sonrisa en el rostro te quiero dar cada que me leas
Vibrantes destellos de luz emanan de tus ojos